El impacto de ChatGPT y la Inteligencia Artificial en la educación

Durante las últimas décadas, fueron varias las veces en que la tecnología fue señalada
como una gran amenaza para la educación. Sucedió con la llegada de las calculadoras, durante
el apogeo de Google así como con la aparición de Wikipedia.
Hoy, la educación tiene por delante otro desafío: el saber adaptarse a las nuevas tecnologías como la Inteligencia Artificial, que tal como confirman algunas estadísticas, llegaron para quedarse. ESET, compañía líder en detección proactiva de amenazas, analiza esta nueva modalidad y cómo se podría
transformar ese miedo inicial en una herramienta más para potenciar la enseñanza.
Desde el lanzamiento de ChatGPT, fueron más de 100 mil millones de personas las que
ingresaron para obtener algún tipo de respuesta del chatbot. Las empresas, en la actualidad, lo
utilizan para responder consultas de usuarios, redactar correos electrónicos, setear reuniones,
por solo citar algunas. Como no podía ser de otra manera, el campo de la educación se ve
impactado por este fenómeno global.
Algunos ejemplos donde ChatGPT es utilizado de una forma disruptiva y formativa, son el caso
de profesores que solicitan a sus estudiantes que generen un texto sobre un tema a elección
con la ayuda del chatbot, para que luego ellos mismos puedan encontrar los errores. Pero sus
beneficios podrían ir aún más allá, como usarse para abordar temáticas de manera más
interactiva, generar debates y contrapuntos, organizar planes de estudios personalizados según
la necesidad de cada persona, y hasta su aplicación para el ahorro de tiempo en tareas
administrativas.
La Sociedad Internacional para la Tecnología en la Educación (ISTE, según sus siglas en inglés),
es una organización sin fines de lucro, y que principalmente incentiva el uso de la tecnología en
la enseñanza. Así lo confirman las palabras de su propio Director general, Richard Culatta: “¿Si ChatGPT mató a las evaluaciones? Probablemente, ya estaban muertas, y han estado en modo
zombi durante mucho tiempo. Lo que hizo ChatGPT fue llamarnos la atención sobre eso.
Nuestra pregunta ahora debe ser qué tenemos que hacer para que los jóvenes estén
preparados para un futuro que no está tan lejos”.
En esa misma línea, también se expresó la directora de excelencia en la enseñanza y el
aprendizaje de la Universidad de Baltimore, Jessica Stansbury: “La gente entró en pánico y por
eso tuvimos conversaciones equivocadas, en lugar de pensar: Vale, esto ya está aquí, ¿cómo
podemos utilizarlo? La información que antes se entregaba en las aulas, está ahora disponible
en todas partes: primero en Internet, luego en los chatbots. Lo que los educadores deben hacer
ahora es mostrar a sus estudiantes, no solo cómo encontrarla, sino también en qué información
confiar y en cuál no, y cómo distinguir la diferencia”.
Del otro lado de la vereda, hay quienes aún ven a la Inteligencia Artificial como un atajo
directo a la trampa, que aleja a los estudiantes del aprendizaje. Un test realizado
recientemente en los Estados Unidos avala esta corriente, ya que demostró que ChatGPT
estaría en condiciones de aprobar exámenes universitarios en carreras de Derecho y Negocios.
Así es como, por ejemplo, Los Angeles Unified, segundo distrito escolar más grande de ese país,
fue el pionero en bloquear directamente el acceso al sitio web de OpenAI desde la red de todas
sus escuelas. También se sumaron Washington, Nueva York, Seattle, Virginia y Alabama, entre
otros. La iniciativa trascendió las fronteras, ya que universidades en Francia y la India también
prohibieron el uso de la herramienta.
Info: Boletín de prensa