En el barrio Álvarez Bajares de Barcelona, los vecinos sufren porque no cuentan con el servicio de agua constantemente.
Sólo algunas casas son las «afortunadas» que reciben el líquido, aunque con baja presión. Por esta razón, deben abastecerse desde tomas clandestinas.
«La calle La Línea es la más afectada. Cuando llega el agua, sólo lo hace en menos de 10 casas. En el resto apenas sale un ‘chorrito’ que no da para llenar ni un tobo», comentó Enrique Gómez al medio El Tiempo.
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