Celebrando sus canciones despidieron a Vicente Fernández

No podía ser de otra forma. El último adiós a Vicente Fernández fue dividido entre lo que significa un funeral convencional y un gran concierto para los fieles seguidores de Chente.
Fue parte tristeza y parte celebración. Y es que así lo quiso él, quien había dejado clarísimo a lo largo de los años que no quería que su despedida final fuese solo lágrimas, sino una celebración a lo que fue su vida sobre los escenarios.
Por eso, en la tarde de este domingo 12 de diciembre, el féretro con sus restos fue llevado a la Arena VFG, que el artista donó a su ciudad de Guadalajara.
Allí fue colocado el ataúd, en pleno en el escenario que fue convertido en una especie de altar, con un gran crucifijo presidiendo la escena y a un lado una imagen de la Virgen de Guadalupe para acompañar el féretro del «Charro de Huentitán».
Sobre el ataúd, que estaba rodeado de un mar de flores blancas, el sombrero de charro preferido del Chente reposaba y brillaba ante el reflejo de las luces.
Por horas y sin cesar, centenares de personas hicieron cortas guardias al lado de la urna del Rey del Mariachi.
La primera estuvo a cargo de sus hijos, los tres potrillos Vicente Jr., Gerardo y Alejandro Fernández. Luego fueron pasando sus hijos, nietos, sobrinos y otros allegados.
Miles de personas los acompañaron y lucharon porque la voz le ganara la batalla al llanto. No siempre lo lograron y no solo en el caso de los fans de el Chente.
El cantante Pepe Aguilar, su esposa y sus hijos menores Leonardo y Ángela se quebraron al hacer guardia al lado del féretro.
Vicente Fernández falleció a los 81 años de edad, luego de sufrir una caída en agosto, que lo mantuvo hospitalizado desde entonces.
Info: Los Ángeles Times
Foto: Cortesía